4 de abril de 2013

a veces tan fijamente...


En el momento justo en el que pasé a su lado me pareció como si el tiempo se parara. De repente, la gente hablaba y se movía más despacio, como si se tratase de un disco que no está sonando a la velocidad apropiada.

Mientras todo se volvía inusualmente lento, me daba la sensación de que yo iba demasiado rápido. Estaba muy nerviosa y subiendo esas escaleras sentía que me iba a caer sin tener un punto donde apoyarme, que iba a caer en esa realidad que no quería asumir y me esforzaba por evitar.

Evitarnos, eso fue exactamente lo que hicimos. En mi contexto no estabas tú y en el tuyo no estaba yo.  Puede que nunca sepa lo que sentiste ni si esas palabras iban o no dirigidas a mí.

A veces tan fijamente; otras ni nos miramos




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